Capítulo 3. La Estrategia ofensiva

Sun Tzu comienza el capítulo afirmando que «la regla suprema de la guerra es no movilizar el ejército por ira, y no comenzar una batalla por cólera». Hace hincapié en que la guerra debe ser una acción de última instancia, emprendida sólo después de que se hayan agotado todas las demás opciones.

A continuación, Sun Tzu discute el costo de mantener un ejército en el campo y advierte contra el desgaste que una guerra prolongada puede causar. Argumenta que un ejército debe moverse rápidamente para alcanzar sus objetivos y no debe ser retenido en un sitio prolongado.

En cuanto a las tácticas ofensivas, Sun Tzu aconseja evitar directamente el cuerpo principal del ejército enemigo. En su lugar, sugiere atacar puntos más débiles, como las líneas de suministro y las fortalezas menos defendidas. Esto es consistente con su principio general de buscar la victoria con el menor esfuerzo y el menor costo posible.

Sun Tzu también habla sobre la importancia de la inteligencia y la información en la guerra. Dice que «quien conoce tanto a su enemigo como a sí mismo, no estará en peligro en cien batallas». Destaca la importancia de entender las tácticas y estrategias del enemigo, así como conocer sus propias fortalezas y debilidades.

Además, Sun Tzu aconseja que se debe ser flexible en la estrategia y estar dispuesto a cambiar de táctica si la situación lo requiere. Asegura que «el buen luchador está a salvo en sí mismo; no muestra ninguna ansiedad por ser observado por los demás, esconde sus disposiciones y espera al enemigo en su propio término».

Finalmente, Sun Tzu concluye el capítulo con una discusión sobre las circunstancias que hacen que una ciudad sea fácil o difícil de atacar, y ofrece consejos sobre cómo tratar con un enemigo que se ha atrincherado en una posición defensiva.

En general, el Capítulo 3 de «El Arte de la Guerra» destaca la importancia de la prudencia, la flexibilidad y la inteligencia en la estrategia ofensiva. Subraya que el éxito en la guerra depende no sólo de la fuerza y la valentía, sino también de la sabiduría y el discernimiento.

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Capítulo 2. La Guerra Abierta

El capítulo 2 de «El Arte de la Guerra» de Sun Tzu se titula «La Guerra Abierta». Este capítulo se enfoca en la importancia de la economía y la eficiencia en la guerra. Sun Tzu sugiere que una guerra prolongada es perjudicial para el Estado y por lo tanto, la estrategia debe centrarse en ganar la guerra de la manera más rápida y eficiente posible.

Sun Tzu comienza el capítulo discutiendo el coste de la guerra. Señala que mantener un ejército en campaña cuesta al Estado cien monedas de oro al día. Esto incluye no sólo los costos directos de los suministros y la remuneración de los soldados, sino también los costos indirectos, como la pérdida de productividad de los hombres que han sido reclutados para el ejército en lugar de trabajar en sus oficios.

Sun Tzu argumenta que una guerra prolongada desmoraliza a las tropas y debilita al Estado. Como tal, un comandante hábil busca evitar las campañas largas y en su lugar se centra en estrategias que llevarán a una victoria rápida y decisiva.

Una de las formas en que Sun Tzu sugiere hacer esto es aprovechando los recursos del enemigo. Afirma que «uno puede obtener un carro completo y armadura de un estado en revuelta y armas suficientes para un regimiento de un hogar empobrecido». En otras palabras, el saqueo del territorio enemigo puede ser una manera eficiente de proporcionar suministros a tus propias tropas y al mismo tiempo debilitar al enemigo.

Sun Tzu también habla de la importancia de recompensar a las tropas con los despojos de guerra. Esto proporciona un incentivo para que los soldados luchen con vigor y eficacia.

Este capítulo también introduce la idea de «shi», que puede traducirse como «la disposición estratégica de las fuerzas». Sun Tzu sugiere que la ventaja no necesariamente pertenece al ejército más grande, sino al que es capaz de manejar mejor sus fuerzas y aprovechar las oportunidades estratégicas.

Por último, Sun Tzu subraya que el objetivo de la guerra no es la aniquilación del enemigo, sino la subyugación del enemigo. En lugar de destruir a las ciudades y a la gente del enemigo, un comandante sabio buscará tomarlas intactas. Esto no sólo es más eficiente en términos de recursos, sino que también permite al Estado ganador beneficiarse de los recursos y la productividad del enemigo después de la guerra.

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Capítulo 1. La valoración

Sun Tzu comienza este capítulo afirmando la gravedad y la importancia crítica de la guerra para un Estado. La guerra, dice, es una cuestión de vida o muerte, de supervivencia o ruina. Esto no es una simple hipérbole; establece desde el principio que el estudio y la comprensión de la guerra no son algo que se deba tomar a la ligera. Según Sun Tzu, se debe reflexionar y analizar cuidadosamente antes de emprender la guerra.

A continuación, Sun Tzu introduce cinco factores clave que deben ser considerados para lograr la victoria. Estos son la Doctrina, el Tiempo, el Terreno, el Mando y la Disciplina.

  • Doctrina: Sun Tzu se refiere a la organización del estado y del ejército. Un estado bien administrado y un ejército bien organizado son vitales para la victoria. Esto implica un gobierno y una cadena de mando eficientes, junto con una logística bien gestionada que pueda proporcionar y mantener el suministro necesario para el ejército.
  • Tiempo: Aquí, Sun Tzu no sólo se refiere al clima literal y las estaciones, sino también al «clima» político y social, tanto interno como externo. Un líder debe entender cómo las condiciones cambiantes pueden ser aprovechadas o cómo pueden afectar a sus planes.
  • Terreno: Sun Tzu aboga por una comprensión completa de las condiciones del terreno. Esto incluye no sólo las características físicas del paisaje, sino también las distancias entre lugares, la seguridad o el peligro que presentan ciertas rutas, las dimensiones del terreno y las chances de vida y muerte en diferentes escenarios.
  • Mando: El liderazgo es fundamental para cualquier empresa y la guerra no es una excepción. Sun Tzu insiste en que un comandante debe poseer cualidades de sabiduría, sinceridad, benevolencia, coraje y disciplina. La autoridad y la toma de decisiones eficaz son cruciales para el éxito en el campo de batalla.
  • Disciplina: Sun Tzu define la disciplina como la ordenación del ejército en sus debidos rangos y responsabilidades, el mantenimiento de las vías de suministro y la regulación de las fuerzas militares.

Sun Tzu concluye que estos factores deben ser evaluados en comparación con los del enemigo para determinar las chances de éxito en la guerra. Al hacerlo, el líder puede prever quién saldrá victorioso incluso antes de que comience el conflicto. Ignorar estos factores y embarcarse precipitadamente en la guerra sin un estudio cuidadoso puede llevar al desastre.

Este primer capítulo sienta las bases para el resto del libro, enfatizando la necesidad de la reflexión estratégica y la planificación meticulosa en la conducción de la guerra.

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